domingo, marzo 03, 2013

LES ASEGURO; Y SI NO SE CONVIERTEN, TODOS PERECERÁN

Lc 13,1-9
Extiende tu amor a toda la tierra si quieres amar a Cristo, pues los miembros de Cristo están en toda la tierra. Si amas sólo una parte, estás dividido(San Agustín. Comentario 1Juan 10) 

La praxis cuaresmal es encuentro pedagógico de Jesús con los creyentes: Jesús  sale del desierto después de haber vencido la tentación (Cfr. Lc 4,1-13) Sube a la montaña a orar, es glorificado en la cruz, la cruz es sabiduría de Dios (Cfr. Lc 9,29b-36) Sabiduría de Dios, que no es otra cosa que la fe del creyente puesta en obra[1]. Fe que es proclamada Kerygmaticamente como confesión de salvación: “Porque si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvado. Pues con el corazón se cree para conseguir la justicia y con la boca se confiesa para conseguir la salvación” (Rm 10,9-10; Cfr. 14,8-9).

Este anuncio Kerygmático es lo que nos hace comprender que no podemos seguir dentro de la Iglesia de Jesucristo con la frialdad de fe que hasta el momento hemos llevado por no vivir la fe en la Cruz. La cruz solo es un símbolo que llevamos en el pecho como amuleto, sin corazón. La fe exige la reconciliación de la cruz con el corazón, que lo que llevamos al pecho sea lo que dice el corazón: “Al pecho llevo una cruz y en mi corazón lo que dice Jesús” (P. Zezinho).
 
Pero, para poder hacer esta reconciliación entre cruz y corazón es necesario asumir la pedagogía de la conversión, Fe y Acción: La conversión es práctica de fe, no tiene distingos de personas (Cfr. St 2,1-4) la fe sin obra es muerta (Cfr. St 3, 14-18) es dejar de practicar la justicia, es alejarse de la sabiduría de Dios. Las practicas exteriores como la ceniza, el ayuno, la oración, la penitencia y la limosna deben ser signos de esta sabiduría de Dios y no prácticas sin corazón[2].
La pedagogía de la conversión es escuchar la voz del Amado, el Predilecto, el  Elegido del Padre (Lc 9,35) Esta es la justa sabiduría que al Señor le agrada frente a tanta dicotomía entre fe y cruz. Es por esto que en la Iglesia de Jesucristo “Ya no hay lealtad entre la gente ni fidelidad ni conocimiento de Dios. Abundan en cambio el juramento falso y la mentira el asesinato y el robo, el adulterio y la violencia y se comete homicidio tras homicidio, por eso el país está de luto” (Os 4,2-3)[3].

Para no seguir de luto, es necesario que crear caminos de penitencia. Penitencia no es la concepción que durante años se mantuvo que entre más sacrificios se hiciera para mortificar el cuerpo, el “alma” se salvaba. Estas concepciones de la sana religiosidad deben tener un vuelco. Jesús dice: “Misericordia quiero, no sacrificios” (Mt 19,13) Es necesario hoy reconstruir lo humano del pueblo crucificado, desde nuestras catequesis ha de predicarse la felicidad de ser cristianos y no el sacrificio de serlo (Cfr. Mt. 32, 1-12)[4].
 
La conversión es mandato del Señor, simbolizada con  la viña (Cfr. Lc 13,6; Is 5,1-7) al no hacerlo el Señor reprocha la desobediencia: “Ya hace tres años que vengo a buscar frutos en esta higuera y no lo encuentro. Córtala (Lc 13, 7; Is 5,7)  El viñedo y la viña son imágenes frecuentes, que simbolizan al pueblo de Israel en el Viejo Testamento (Cfr. Sal 80,8-12[9-13]; Is 5,1-7; 27,2-4; Jr 2,21; 12,10-11; 2R 9,17-24; Ct 4,4) Y en Nuevo Testamento simboliza la rebeldía del creyente que no escucha la voz de Dios (Cfr. Mc 12,1-12; Mt 21, 33-45; Lc 20,9-19).
 
Por esta razón, la conversión es el camino al desierto, es el camino de subir a la montaña y trasfigurar nuestra vida, por medio de la Oración, de la Palabra. Esta es la renovación de fe, de culto, en clave de Cruz, que es necesario emprender desde la sabiduría paciente del Señor simbolizado en el plazo dado a la higuera: “Señor déjala por este año todavía. Mientras tanto, cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto en adelante. Y si no lo da, la cortaré” (Lc 13, 8-9). 

A modo de conclusión
1.      Lucas recrea la conversión del creyente con esta parábola enfatizando que el plazo está cumplido  y no podemos seguir despreciando  sus enseñanzas. Si no se logra la higuera será cortada. El cuidado de la higuera corresponde directamente a los creyentes que salen del desierto sin tentación y suben a la montaña a transfigurarse.
 
2.      Muchos, no hemos asumido el  compromiso de cuidar la higuera en la viña (Cfr. Is  5,7; Pro 8,20; 12,28; Mt 21,32; Lc 37-50; 19,1-10) despreciando la justicia de Dios: “Pero ahora, independientemente de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios de la que hablaron los profetas y la ley. Se trata de la justicia que Dios, mediante la fe en Jesucristo, otorga a todos los que creen” (Rom. 3,21-22)[5]. 
 
3.      Muchas veces, la viña es usada tanto para indicar el cariño que Dios tiene hacia su pueblo o como falta de correspondencia de parte de la gente hacia el amor de Dios (Is 5,1-7; 27,2-5; Jr 2,21; 8,13; Ez 19,10-14; Os 10,1-8; Mq 7,1; Jn 15,1-6). En la parábola, el dueño de la viña es Dios Padre. El agricultor que intercede por la viña es Jesús. Insiste con el Padre para alargar el espacio de la conversión[6].
 
4.      Para que al final de nuestra vida, no seamos juzgado por las Palabras de Jesús: “Tuve hambre y ustedes no me dieron de comer; tuve sed y ustedes no me dieron de beber; era forastero y no me recibieron en su casa; estaba sin ropa y no me vistieron; estuve enfermo y encarcelado y no visitaron (…) En verdad les digo: siempre que no lo hicieron con alguno de estos más pequeños, ustedes dejaron de hacérmelo a mí” (Mt 25,42-43.45). 

“¡Qué descaro en pedir a tu Dios algo, tú que no reconoces a tus semejantes!”   (San Agustín. Serm. 61,6, 7-7,8. Pl 38,411-412).


[1] Cfr. RESEÑA BIBLICA, La carta de Santiago, LATORRE, C. Jordi. La tradición sapencial en la carta de Santiago. Estella (Navarra) Otoño 2012. Verbo Divino. P.2012. 
[2] CASALINS, G. Otro texto par ano leer: El ayuno que a mí me agrada II. Medellín. Feb 22 de 2012.
[3] CASALINS,G. Otro texto para no leer: El ayuno que  a mí me agrada I. Bogotá, Feb 2010.
[4] CASALINS,G. Otro texto para no leer: Pedagogía de la Cuaresma  I. Bogotá, Feb 2010.
[5] CASALINS, G. Otro texto para no leer: Reflexión Mt 21,33-45. Medellín, Oct 2 de 2011.

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