Lc 19, 28-40
Tú que existes desde siempre, antes que nosotros y el mundo,
te has convertido para nosotros en refugio en el cual nos hemos vuelto hacia
ti. (San
Agustín. Enar. Salmo 89,3).
Tener conciencia
de Cristo, es colocar a Jesucristo en el centro de nuestra fe, es llevar la
presencia viva de la revelación de Dios en la caminada de la comunidad. Comunidad
evangelizada y evangelizadora al lado de los pobres y necesitados, una comunidad
peregrina que en su caminada ha ido perdiendo los pasos de su divino fundador.
Hoy debemos ser
conscientes que no solo es necesario dar a conocer a Jesús, sino hay que predicar a Jesús, pero desde el evangelio, y no puede ser una
predicación más de palabras bonitas, hay que hacer eco de las palabras de
aquellos que escucharon hablar de Jesús y le preguntaron a Pedro: ¿Qué tenemos
que hacer, hermano? (Cfr. Hec 2,37) o los que escucharon a Juan el Bautista: ¿Qué
debemos hacer? (Cfr. Lc 3,10) Este debe ser el resultado de nuestra
predicación, en vez de levantar los ramos levantemos el corazón, porque si no
trasformamos corazones no predicamos a Cristo. Por esta razón, al salir hoy de
esta celebración, proclamemos a Cristo, peregrinemos con Cristo.
Jesús sube a
Jerusalén a enfrentarse a su destino final la cruz y Lucas lo enfatiza, la cruz
como camino: Y estamos subiendo a Jerusalén (Cfr. Mc 10,33; Mt 20,18; Lc 18,31;[Is
2,3]) en esta subida está la puesta en marcha al encuentro con su muerte y con
su glorificación:
Esta
glorificación, los sinópticos la asocian
a la reivindicación del pueblo pobre oprimido por el orden injusto establecido
desde el Templo. Juan lo presenta como la entrada del Hijo glorificado, que
purifica el Templo para que recobre su sentido cultual en Espíritu y Vida. Jesús
entra montado en un burrito, no como Rey sino como Hijo del Padre, en la
sencillez de corazones libres, entra entre ramos y capas que fueron colocados
en el camino y la gente lo aclamaba dándole gracias a Dios por los milagros que
había hecho. ¿Pero en realidad qué es lo que los evangelios sinópticos nos
quieren dar a entender? Según la tradición bíblica del Nuevo Testamento el
título de rey en Jesús es porque ha sido ungido por el Padre en la Cruz. La
Unción de Jesús en la Cruz, se da, no
como la de alguien que gobierna, sino como aquel que se coloca en las manos del
Señor para hacer su voluntad, es el siervo
sufriente que libera a su pueblo: “Ahora
llega para mi servidor la hora del éxito; será exaltado, y puesto en lo más
alto. Así como muchos quedaron espantados al verlo, pues estaba tan desfigurado, que ya no parecía un ser humano. Así también
todas las naciones se asombrarán. Y los reyes quedarán sin palabras al ver lo sucedido. lo que no se les había contado Y descubrirán cosas que nunca se
habían oído” (Is 52, 13-15)[1].
La comunidad es
consciente de esto y lo comunica como alternativa de salvación.
¿Qué camino
recorrer para poder asumir hoy en la Iglesia el
evangelio? El evangelio sin compromiso es acontecimiento espiritualista,
perdiéndose el camino Kerygmático de la comunidad de creyente que sube con Él a
Jerusalén y es testigo de su muerte y resurrección. La proclamación de Jesús
como rey es la proclamación de su muerte y resurrección.
El
texto de la pasión de Lucas, revive el sentido de la cruz como camino hacia el
Padre (Lc 19, 28-40) Allí, Jesús asume
su condición de siervo, condición de Hijo de Dios que ha sido glorificado. Este
acontecimiento pascual es como un salmo de glorificación. El relato de la pasión es la tradición más
antigua que dio pasó a la unidad literaria que tenemos en los evangelios. EL
relato de la pasión es el centro de la predicación apostólica, de la catequesis
en las celebraciones litúrgicas de las primitivas comunidades cristianas, que
hacían en memoria de Jesús en la Fracción del Pan. Esto es lo que la comunidad
vive cuando hace memoria del acontecimiento pascual:
Se deduce que así como en la pascua judía se hacía
memoria de las proezas del Señor en favor del pueblo de la Antigua Alianza: el
éxodo, la alianza (Ex 20-23,19) su origen (Dt 26,5-9) lo cual era volver a
recorrer el camino a la libertad, esta conmemoración impresa en la mente, en el
corazón y en todo el ser de la familia, es la acción de gracias, es el cántico
de conmemoración recitado en el Gran
Hallel (Sal 111-118) Las primitivas
comunidades cristianas imprimían este carácter de conmemoración en la pascua-
fracción del pan- cena del Señor- Pero
proclamando el camino recorrido por Jesús hacia la cruz- acontecimiento Pascual
de su Muerte y Resurrección (Mc 14-15; Mt 26-27; Lc 22-23; Jn 18-19) La pasión
es el hilo conductor de la Pascua, la verdadera pascua se da con la muerte del
verdadero Cordero (Is 53,7) Este es el camino recorrido por el Siervo de Dios,
su misión llega a su plenitud en la
glorificación de la cruz (Mc 1,14; 3,6; 8,31; 9,31; 10,33; 11-13) La Pascua es
la conmemoración de la liberación de los cristianos acontecida en la cruz. La
pascua es la fiesta de liberación que
tiene sentido en la Pedagogía de
la cruz[2].
A modo de conclusión
Es conveniente
preguntarnos:
·
¿En
este tiempo de cuaresma se ha logrado empezar a trasformar nuestra vida?
·
¿Tiene
sentido lo que hemos vivido en cuaresma?
·
¿Por
qué es otra semana santa más y otra cuaresma más?
·
¿En
verdad nos hemos convertido para vivir en la pascua del Señor?
·
¿Nuestros
ayunos y abstinencias se han dado para ayudar a los que carecen de alimento y
sufren necesidades?
·
¿Estamos
al lado de los que viven sin sentido su vida?
Ahuyenta mi locura, Señor, para que pueda conocerte.
Muéstrame el camino que debo hacer para poder verte. Así ayudado, espero hacer
lo que me has mandado.(San Agustín. Soliloquios,1,1).
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