sábado, noviembre 17, 2012

"EL CIELO Y LA TIERRA DEJARAN DE EXISTIR, PERO MIS PALABRAS NO DEJARAN DE CUMPLIRSE"

Mc 13,24-32 

“Cristo está necesitado cuando lo está un pobre” (San Agustín. Serm. 38,8)… “cuando el pobre come de nuestros bienes, es el mismo Cristo el que come, pues él declara tener hambre en la persona del pobre” (San Agustín. Serm. 144,4). 

La espiritualidad cristiana está enmarcada en el cumplimiento del mandato principal, el amor  a Dios y el amor al prójimo como a uno mismo (Mc 12, 29-31; Mt 22,37-39; Lc 10,27) Mandatos centrales en la practica de la justicia con la cual se resume la ley y los profetas: “En estos dos mandamientos se basan toda la ley y los profetas” (Mt 22,40).
Este es el sentido último de la justicia de Dios.  Si nuestra fe esta alejada de esta justicia y de la misericordia seremos juzgados no por nuestros actos de piedad en los que refugiamos nuestra fe, sino   por no haber obrado con misericordia  (Cfr. Mt 25, 41-46; Is 58,7; Eclo 7,32). El Señor nos invita a vivir en la espiritualidad de la  misericordia: “Porque yo quiero amor, no sacrificios, conocimiento de Dios mejor que holocausto” (Os 6,6; Cfr. Mt 12, 7) Como ciudadanos del Reino (Mt 6,33; Cfr. Mt 5,6.10.20; 21,32; Sal 37,4) (1)
Esta parábolas del juicio final con la venida del Hijo del Hombre, coloca al creyente frente al Señor quien sopesará la acción misericordiosa practicada: Todo lo que dejaron de hacer al prójimo  lo dejaron de hacer conmigo y todo lo que hicieron con el prójimo lo hicieron conmigo (Cfr. Mt 25,31-46) (2) Porque la acción misericordiosa que hayamos practicado en la vida, es la realización de la plenitud del amor de Dios a los hombres y de los hombres a Dios y al prójimo (Mt 22,37-39) La humanidad es juzgada según  los criterios de pobreza y servicio interhumanos. A este Juicio se hace alusión desde la segunda venida de Jesús en la comunidad de creyentes. Es el “Ya” pero el “Todavía No”:
Vi el cielo abierto; y apareció un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba fiel y verdadero, porque con rectitud gobernaba (…) Y tenía un nombre escrito que solamente él conocía. Iba vestido con ropa teñida de sangre, y su nombre era: Palabra de Dios (Ap 19,11.12-13; Cfr. Ez 1,1; Ap 3,14: Jn 1,17; Sal 96,13; Is 9,6-7(5-6); 11,1-5; Ap 1,14;2,18; Dn 10,6; Is 63,1-6)
La comunidad de creyente debe estar siempre vigilante, expectante a la espera de su Señor (Mt 25,1-13), con las lámparas (Fe) llenas, alimentadas y sostenida con la Palabra de Dios (Aceite) sea la luz, fuego vivo (Jesús) resplandeciendo (Cfr. Ap 19,12) y se viva, se testimonie y se difunda en la Iglesia de Jesucristo junto con los principios de la espiritualidad cristiana. [3].
 
El capítulo 13 de Marcos, es introducido con la destrucción del templo (Mc 13,1-3) símbolo de la ostentación de las autoridades religiosas judías. La manifestación de la destrucción aparte de ser un hecho histórico ocurrido aproximadamente en el año 70 d.C. Adquiere la connotación de cambiar la mentalidad de un culto dado a Dios que se determinaba por el lugar y no por su relación espiritual, el culto a Dios se debe dar en “Espíritu y en Verdad” (Jn 4,23-24) Para que: “Sea proclamada la Buena Nueva a todos los pueblos” (Mc 13,10).
Nuestro horizonte, entonces será, estar vigilantes (Mc 13,23.33.35.37), el Señor procura tener seguidores que estén siempre a la expectativa. El reino es para los que busquen de corazón vivir la espiritualidad cristiana, la espiritualidad cristiana se vive desde el corazón humano, no en los templos de piedra: “destruiré este templo y lo reconstruiré en tres días (Jn 2,19; Cfr. 69,9 (10) La presencia de Jesús entre los hombres ya no estará simbolizada por un lugar, sino que se realizará en la persona de Jesús (Cfr. Jn 1,51; 4,21-24; Ap 21,22)  (5).
Para comprender que el verdadero culto se dará en Él, es necesario estar vigilantes, porque no sabemos la hora. Solo  Debemos estar dispuestos para que cuando llegue la hora no nos encuentre desprevenidos: “Manténganse ustedes despiertos, porque no saben cuándo va a llegar el Señor de la casa, si al anochecer, a la media noche, al canto del gallo o a la mañana” (Mc 13,35; Mt 24,45-51; 25,14-30; Lc 12,35-40; 19,11-27; 21,36; 1Ts 5,2-5; 2P 3,10):
 
A modo de conclusión
 
Vivir en la iglesia de la misericordia exige de nosotros el amor mutuo (Jn 13,34-35; 1Jn 2,3-11) y una conversión personal y comunitaria:

      1) La conversión pastoral responde al llamado que nos hace el Señor, después de ser bautizado por Juan en el Jordán (Mc 1,9) y de su pasó por el desierto (Mc 1, 12-13): “El tiempo se ha cumplido, el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Nueva” (Mc 1,15).

      2) La conversión es un camino de encuentro y seguimiento con Jesús: “Síganme y yo los haré pescadores de hombres”. Y de inmediato dejaron sus redes y le siguieron» (Mc 1,17-18). Esta propuesta que hace Jesús para seguirle es la que la Iglesia de nuestro tiempo está asumiendo con nuevo “Ardor”, con nuevo “Método” y con nueva “Expresión” (D.Sto Dom. N 28-30.97) para responder a la misión que se le ha encomendado: “Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos” (Mt 28,19) Esta Iglesia llamada y convocada a la misión es la Iglesia que no se queda mirando al cielo: “Amigos galileos, ¿qué hacen ahí mirando al cielo?” (Hec 1,11).

      3) Es la Iglesia que se abre a la misericordia, a la justicia de Dios que se ha manifestado por medio de la fe en Jesucristo (Rm 3,21-22) justicia que manifiesta la acción del amor de Dios a los hombres y mujeres que necesitan conversión: de una pastoral de conservación a una pastoral que no pretende identificarse con estructura rígida, ni a simple participación en actos comunes (Cfr. DA 163; 366).
 

“Llama a Cristo quien reparte y da a los pobres, para que su justicia permanezca por los siglos de los siglos (Cfr. Sal 101,9) (San Agustín. Ser. 88,12-13,17).

(1) CASALINS. G. OTRO TEXTO PARA NO LEER: REFLEXIÓN. Mc 12,38-44. Medellín. Nov 11 de 2012.
[2] CASALINS. G. OTRO TEXTO PARA NO LEER: REFELXIÓN.  Mt 25,1-13. Medellín. Nov. 6 de 2011.
[3]CASALINS. G. OTRO TEXTO PARA NO LEER: REFLEXIÓN. Mt 25,14-30. Medellín. Nov 13 de 2012
[4] CASALINS. G. OTRO TEXTO PARA NO LEER: REFLEXIÓ. Mc 13,33-37. Medellín. Nov 27 de 2011.
[5]CASALINS. G. OTRO TEXTO PARA NO LEER: REFLEXIÓ. Mc 13,33-37. Medellín. Nov 27 de 2011.

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