domingo, octubre 21, 2012

ESTE HOMBRE NO VINO A SER SERVIDO, SINO A SERVIR Y A DAR SU VIDA COMO RESCATE POR MUCHOS


 
Mc 10,35-45 

“El que preside a un pueblo debe tener presente, ante todo, que es servidor de muchos. Y eso no ha de tomarlo como una deshonra; no ha de tomarlo como una deshonra, repito, el ser siervo de muchos, porque ni siquiera el Señor de los señores desdeñó el servirnos el servirnos a nosotros” (San Agustín. Serm. 340A, 1-9). 

En el evangelio de Marcos se recrea la alternativa de vivir el reinado de Dios, desde la presencia  pedagógica de la Cruz, como quien sirve a los demás como siervo: “pues el que quiera llegar a ser grande entre ustedes, que sea el servidor de todos, y el que quiera ser primero entre ustedes, que sea esclavo de todos” (Mc 10,43-44).

Pero, los discípulos no entendieron la propuesta de Jesús, esperaban gloria y privilegios[1], de tal manera, los privilegios y  “Las riquezas se puede convertir en obstáculo para el seguimiento: “¡Oh, cuán grande es el peligro de los ricos! Observen el ejemplo del rico epulón: se condenó, porque no tuvo  misericordia; no porque robó, sino porque no dio. Y no esperen a casos de extrema necesidad, cuando el pobre tiene ya la vela en la mano; porque entonces ya no necesita alimento, sino una tumba”[2].

El servicio a los más pobres, sin la búsqueda de privilegios es dar la vida a la manera de Jesús en rescate por muchos, porque es darla desde la lógica de Dios, diferente a la lógica humana llena de prejuicios sacando ventaja a todo e incluso pasando por encima de los demás, entre cristianos esto no debe darse: “Saben que los que son tenidos como jefe de las naciones, las dominan como señores absolutos, y sus grandes las oprimen con su poder (…) Pero no ha de ser así entre ustedes” (Mc 10,42.43). 

Muchos seguimos  sin entender el servicio como lógica del reino de Dios, utilizamos el poder, nuestros rezos y la concepción de fe fantasmagórica que nos hemos inventado como el objeto de opresión, marginación, exclusión y discriminación frente a los demás, esto se da con frecuencia en los grupos religiosos dentro de la Iglesia de Jesucristo; por eso, es que estamos lejos del reino de Dios: “Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja, que para un rico entrar en el reino de Dios” (Mc 10,25).
 
En la pedagogía del evangelio de Marcos Jesús coloca en evidencia esta falta, en primer lugar a los discípulos, y por generación  a nosotros que hoy pretendemos seguir a Jesús, nos llama a corregir nuestra conducta: “Les aseguro, que si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos” (Mt 5,20) Y lo hace desde los tres anuncio de la pasión que Marcos pone en el Evangelio:

1.      En el primer anuncio Mc 8,31; Pedro se opone a esta enseñanza, porque en su criterio el Mesías no puede tener su destino en la Cruz (Mc 8,32-33) Él increpa a Jesús por su insensatez; pero Jesús no deja progresar este pensamiento que no corresponde a la lógica de Dios, sino que ratifica que el seguimiento del verdadero discípulo se da en el sacrificio desde la pedagogía de la Cruz: “Si alguno quiere venir en pos de mi, niéguese así mismo, tome su cruz y sígame” (MC 8,34)[3].
2.      En el segundo anuncio Mc 9,31; Los discípulos siguen sin comprender esta realidad de la Cruz como seguimiento, ellos lo entienden como si fuera sucesión de cargos al estilo de un reinado terrenal y empiezan a discutir entre sí, quien sería el que quedaría como principal (Mc 9,32) No entendían al igual que Pedro la cruz, pero si pretendían poder; Jesús en cambio, les propone el servicio a los más necesitados, como consecuencia de la pedagogía de la Cruz: “Si uno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos” (Mc 9,35) porque para esto han sido llamados y “Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos serán, primeros” (Mc 10,31) y si no obran así “Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegarán antes que ustedes al reino de Dios” (Mt 21,31)[4].
3.      Y en el tercer anuncio, que precede nuestra perícopa Mc 33-34; sin haber comprendido que los deseos de oponerse al destino de la cruz y de ambicionarse con el poder, ahora piden privilegios; pero nuevamente Jesús los coloca en su realidad, en la pedagogía de la cruz, como servicio y entrega al evangelio. De la misma manera que Él lo ha comprendido, “Haciéndose obediente hasta la muerte y una muerte  de cruz” (Fil 2,8) Este es el testimonio que el Maestro, el profeta de Nazaret, el Hijo de Dios  nos da, porque entre nosotros no ha de ser como lo pretende el mundo: “Pero no ha de ser así entre ustedes, pues el que quiera ser grande entre ustedes, que sea el servidor de todos, y el que quiera ser el primero entre ustedes, que sea esclavo de todos; que tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos” (Mc 10,43-45; Cfr Mc 9,35; Mt 23,11; Lc 22,25-27; Eclo 3,18). 

Desde esta perspectiva, nosotros somos formados en la misma escuela de discípulos, en igualdad de condiciones, llamados a vivir en la espiritualidad cristiana, formados en el servicio, en la fe, con la misma promesa de participar en el trago amargo del Señor: “Desde luego que beberán la copa que voy a beber” (Mc 10,39a; Cfr. Lc 12,50; Jn 18,11) y participaremos del mismo bautismo del Señor por el anuncio del evangelio: “Y también, serán bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado” (Mc 10, 39b; Cfr. Heb 5,7-8; Is 51,17-22; Ez 23,31-34; Sal 69,2-3.15). 

A modo de conclusión 1: 

Al respecto San Agustín nos plantea en el Sermón 340A, 1-9 

1.      “De la hez de la carne se les había infiltrado a los discípulos de Cristo, nuestros apóstoles, un cierto deseo de grandeza, y el humo de la vanidad había comenzado a llegar ya  a sus ojos. Pues, según leemos en el Evangelio, surgió entre ellos una disputa sobre quién sería el mayor. Pero el Señor, médico que se hallaba presente, atajó aquel tumor. Cuando vio el mal que había dado origen a aquella disputa, poniendo delante algunos niños, dijo a los apóstoles: Quien no se haga como este niño no entrará en el reino de los cielos (Mt 18,3) En la persona del niño les recomendó la humildad”.
2.      “Cuando dijo a sus Apóstoles: quien de ustedes quiera ser el mayor, sea el servidor de todos (Mt 20,26), para que la soberbia humana no se sintiese molesta por ese nombre servil, inmediatamente los consoló, poniéndose así mismo como ejemplo en el cumplimiento de aquellos a los que los había exhortado”.
3.      ¿Qué significa, pues, sus palabras: Igual que el Hijo del hombre no vino a ser servido, sino a servir? (Mt 20,28) Escucha lo que sigue: no vino, dijo, a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos. He aquí como sirvió el Señor, he aquí como nos mandó que fuéramos siervos. Dios da su vida en rescate por muchos: nos redimió ¿Quién de nosotros es capaz de redimir a otros? Con su sangre y con su muerte hemos sido redimidos; con su humildad hemos sido levantados, caídos como estábamos; pero también nosotros debemos aportar nuestro granitos de arena en favor de sus miembros, puesto que nos hemos convertido en miembros suyos: Él es la cabeza, nosotros el cuerpo”.
4.      “Ahora les hablo en nombre de Cristo y a ustedes, pueblo de Dios, les hablo en nombre de la Iglesia de Dios, le hablo yo, un siervo cualquiera de Dios: Su esperanza no está en nosotros, no está en los hombres. Si somos buenos, somos siervos; si somos malos, somos siervos; pero, si somos buenos, somos servidores fieles, servidores de verdad. Fíjense en lo que le servimos: Si tienen hambre y no quieren ser ingratos, observen de qué despensa sacan los manjares. No te preocupe el plato en que se te ponga lo que tú estás ávido de comer (...) Miren a Aquél de quien estoy hablando, el dador de este pan que le sirve. Él mismo es el pan: Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo (Jn 6,51) así, pues,  les servimos a Cristo en su lugar: Les servimos a Él, pero bajo sus órdenes; para que Él llegue hasta ustedes, sea Él mismo el Juez de nuestro servicio”. 

A modo de conclusión 2:  

1.      “Al oír esto los otros diez, empezaron a indignarse contra Santiago y Juan” (Mc 10, 41)  No hay razón para creer que los demás discípulos se enojaron a causa de la falta de consideración de Santiago y Juan hacia la situación de Jesús.  Con la segunda predicción de la pasión, los discípulos respondieron discutiendo entre ellos cuál era el más grande (Mc 9, 33-37)  Ahora, están ofendidos porque están compitiendo para lugares de honor, y Santiago y Juan están intentando robar el premio por encima de los demás”.
2.      “Saben que los que son tenidos como jefes de las naciones, las dominan como señores absolutos, y sus grandes las oprimen” (Mc 10, 42)  Jesús no reclama a Santiago, ni a Juan y tampoco reclama a los doce.  En vez, utiliza su comportamiento como base de enseñanza.  Podemos estar seguros que tiene la completa atención de los discípulos.  Santiago y Juan deben estar avergonzados al ver descubierta su cruda ambición.  Los demás discípulos están indignados, y escucharán con cuidado para asegurarse de que Jesús aclare la situación.  En vez, Jesús les instruye sobre el reino de Dios – sus reglas – como funciona”.
3.      “Pero no ha de ser así entre ustedes, pues el que quiera llegar a ser grande entre ustedes, que sea su servidor (diakonos). Y el que quiera ser el primero entre ustedes, que sea esclavo (doulos) de todos” (Mc10, 43-44)  Como siempre, Jesús le da la vuelta a las pretensiones de los discípulos (Mc 10, 42-44) Les propone las  Leyes del Reino, que son completamente diferentes a las leyes de este mundo – Es más, son todo lo contrario.  Los que viven según las leyes de este mundo honran poder.  Líderes poderosos son a menudo egoístas, tiranos simples que tratan mal a sus súbditos”.
4.      “En el reino de Dios, los honores serán para los que sirven (diakonos – los que limpian las mesas) en vez de aquéllos que requieren el servicio de otros.  El primer premio irá al “siervo de todos” – (doulos) hacerse inferior a un sirviente (diakonos), que en la antigua sociedad era el último y más pequeño de todos.  La idea de un esclavo siendo el primero es una paradoja tan absurda como la de un camello pasando por el ojo de una aguja (Mc 10, 25)”.
5.      “Siervo de todos” (Mc 10, 44)  Un esclavo típicamente sirve a solo un amo.  En otro lugar Jesús dice, “Ningún siervo puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará a uno y despreciará al otro” (Lc 16,13) Sin embargo un esclavo, siguiendo las órdenes del amo, serviría a todos en la casa – al hacer esto, servía un solo amo.  Cristo clama que sirvamos a todos – que nos hagamos siervos de todos.  Al hacer esto, servimos a un solo Señor – Cristo”.
6.      “El trasfondo de este servicio, lo encontramos en los caticos del Siervo en Isaías que describe el concepto de liderazgo por medio de servicio, esto fue asumido por Jesús (Is 42,1-9; 49,1-7; 50,4-9; 52,13 – 53,12)”.
7.      “Jesús nos llama hacia una ética diferente, diciéndonos que Dios honra servicio en lugar de poder.  Nos reta a comenzar a vivir por las Leyes del Reino aquí y ahora.  Esto es difícil de vender – y una lección que la iglesia debe volver a aprender continuamente.  “El impulso de la preferencia se podría llamar el primer enemigo de la iglesia cristiana”.  Cada denominación, congregación y pastor está tentado a cuidar a Numero Uno primero en vez de servir las necesidades del reino.  Estamos tentados por grandes títulos, vestimentas, e iglesias – tentados a predicar la palabra que vende en vez de la palabra de la fe”. 
8.      “Jesús no requiere más de lo que él está dispuesto a dar.  Modeló servicio y sacrificio desde la cuna hasta la tumba.  Mientras en la forma de Dios, “Se anonadó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y apareciendo en su porte como hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Fil 2, 5-8).  Ambos la Encarnación y la Crucifixión son obras de gran servicio y sacrificio”.
9.      “En rescate por muchos” (Mc 10, 45)  Ahora Jesús dice que dará su vida para rescatar a muchos.  En estas pocas palabras, presenta una teología de expiación. Jesús muestra servicio y sacrificio para sus discípulos, pero él logra algo que los discípulos no pueden lograr.  Solo Jesús puede servir de rescate para muchos”[5].  

“Mas, si por un lado me atemoriza lo que soy para ustedes, por otro me consuela lo que soy con ustedes. Soy obispo para ustedes, soy cristiano con ustedes. La condición de obispo connota una obligación, la de cristiano un don; la primera comporta un peligro, la segunda una salvación” (San Agustín. Serm. 340,1).


[1] Los discípulos esperaban que Jesús estableciera un reinado terrenal, en que se darían diferentes grados de autoridad y honor (SBU. Dios habla hoy. Biblia de estudio. Comen a Mc 10,37.
[2] CASALINS, G. Otro texto para no leer: reflexión Mc 10,17-30. Medellín. Oct.  14 de 2012.
[3] CASALINS, G. Otro texto para no leer: Reflexión Mc 8,27-35. Medellín. Sept 16 de 2012.
[4] CASALINS, G. Otro texto para no leer. Reflexión Mc 9,30-37. Medellín. Sept 23 de 2012.

No hay comentarios: