Todo en la vida tiene un precio, el precio de ser diferente, de luchar por la libertad y sobre todo el precio de ser feliz...
Un día soñé...
Que todo era distinto,
No había tanta muerte,
Los pueblos no eran destruidos.
Los niños volvían a soñar, A tener ilusión,
jugar y jugar.
Los viejos a contar sus cuentos.
Ese día todos cantábamos,
las leyendas, y los cuentos viejos
salía de la memoria de aquellos que aprendieron a vivir.
Ese día, todo, todo era distinto.
Volvía a sonreír la luna,
El sol brillaba más dorado que nunca,
La noche era esplendorosa,
Los ríos buscaban el mar,
Todo, sencillamente, todo era distinto.
Aquel día, busqué la felicidad,
Aquel día, busqué la libertad,
Aquel día, el canto era a la vida.
Aquel día se silenciaron los fusiles.
Colombia, Colombia,
volvía a cantar... Su libertad.
Y todo, todo sencillamente todo, era distinto, para volver a soñar.
Un camino a la esperanza,
Es el sueño de muchos,
Volver al silencio del amanecer,
Comenzar el nuevo día,
Viendo el sol, mirando al horizonte.
Invocando a Dios
Para luego caminar
Coger el machete y envainarlo... Y luego:
Con las mismas abarcas de ayer
Polvorientas y resecas,
El sombrero y el pantalón remangaó.
La tierra reseca
La ´rosa´ y el matorral,
Patilla, maíz y yuca, tomate,
platano y pescaó.
Divagan en su mente,
Solo la añoranza le ha quedado.
Regresa siempre con la fresca de la tarde,
Con su carga al hombro
Y su machete bien guardaó.
Los perros, las gallinas y los patos.
Su tasa de café vespertino
Lo hacen descansar
El sol está declinando
en las primeras sombras de la noche.
Un nuevo día mañana será:
Nuevamente su abarca y su machete.
La ilusión volverá, sol naciente,
Camino polvoriento.
Un camino a la esperanza,
El campesino vuelve a soñar.
Un día soñé...
Que todo era distinto,
No había tanta muerte,
Los pueblos no eran destruidos.
Los niños volvían a soñar, A tener ilusión,
jugar y jugar.
Los viejos a contar sus cuentos.
Ese día todos cantábamos,
las leyendas, y los cuentos viejos
salía de la memoria de aquellos que aprendieron a vivir.
Ese día, todo, todo era distinto.
Volvía a sonreír la luna,
El sol brillaba más dorado que nunca,
La noche era esplendorosa,
Los ríos buscaban el mar,
Todo, sencillamente, todo era distinto.
Aquel día, busqué la felicidad,
Aquel día, busqué la libertad,
Aquel día, el canto era a la vida.
Aquel día se silenciaron los fusiles.
Colombia, Colombia,
volvía a cantar... Su libertad.
Y todo, todo sencillamente todo, era distinto, para volver a soñar.
Un camino a la esperanza,
Es el sueño de muchos,
Volver al silencio del amanecer,
Comenzar el nuevo día,
Viendo el sol, mirando al horizonte.
Invocando a Dios
Para luego caminar
Coger el machete y envainarlo... Y luego:
Con las mismas abarcas de ayer
Polvorientas y resecas,
El sombrero y el pantalón remangaó.
La tierra reseca
La ´rosa´ y el matorral,
Patilla, maíz y yuca, tomate,
platano y pescaó.
Divagan en su mente,
Solo la añoranza le ha quedado.
Regresa siempre con la fresca de la tarde,
Con su carga al hombro
Y su machete bien guardaó.
Los perros, las gallinas y los patos.
Su tasa de café vespertino
Lo hacen descansar
El sol está declinando
en las primeras sombras de la noche.
Un nuevo día mañana será:
Nuevamente su abarca y su machete.
La ilusión volverá, sol naciente,
Camino polvoriento.
Un camino a la esperanza,
El campesino vuelve a soñar.
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